Escuelas democráticas. Avanzando en la inclusión.

09.01.2015 19:37

Las escuelas democráticas aparecieron en el sistema educativo español al término de la época franquista, época de transición entre una escuela estatal y elitista a una escuela pública y al servicio de los ciudadanos.

Pero, ¿qué entendemos por escuelas democráticas? En primer lugar este tipo de escuelas garantizan el éxito escolar para todo el alumnado, pero no conseguido por la eliminación de contenidos curriculares, sino más bien por avanzar en un escuela de calidad gracias a la escolarización en un tronco común de todos los alumnos.

El segundo criterio gira en torno al concepto de que la enseñanza debe estar centrada en el alumno que aprende y no, como hasta ahora, en el maestro que enseña. Esto no quiere decir que los contenidos curriculares disfruten de menor protagonismo, pero sí es verdad que lo que se persigue es que los alumnos cuando finalicen sus estudios y se encuentren con el mundo real sean capaces de tomar decisiones con su propio criterio, preguntarse el por qué de las cosas que les rodea y estar dispuestos a seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida.

El tercer  y último elemento está relacionado con la participación tanto de profesores como de alumnos y padres en la gestión del centro. Lo que se intenta es buscar la forma más exhaustiva de participación de todos los miembros de la comunidad en aspectos como currículos a impartir, como se debe trasladar al alumno,  tareas extraescolares, evaluación etc.

Como podemos observar después de estudiar sus vértices principales, una escuela democrática invierte en la inclusión escolar puesto que alberga a todos los alumnos en las mismas aulas priorizando los grupos heterogéneos y la implicación de toda la comunidad en su gestión.  Esto hace que en nuestro país la mayoría de centros considerados democráticos sean centros públicos en detrimento de los privados o concertados donde los grupos son en su mayoría homogéneos formados por clases sociales acomodadas y, mayormente, por élite académica.

Una vez ojeada los elementos que fundamentan la cultura de una escuela democrática, vamos a centrarnos en sus principales características. Por definición, el lector se dará cuenta de que las diferencias existentes entre la educación primaria y secundaria (diferentes profesores por materia, flexibilidad de horarios) harán que sea más complicado implantar este tipo de filosofía en los IES que en lo CEIP. Sin más dilación presentamos las principales características:

- Trabajo por proyectos.

Uno de los rasgos que comparten los centros democráticos es la realización de proyectos como medio para estudiar las materias. Esto consiste en averiguar un área de  interés mediante el cual pueden girar todos los conocimientos, procedimientos y  actitudes  que se implantan en el aula para así aprender los contenidos de forma conjunta.

- Una enseñanza basada en el diálogo.

Lo que se intenta con este apartado en enseñar a los alumnos a desenvolverse con los demás, a intervenir en debates, expresar ideas y opiniones propias así como defenderlas o refutarlas. En este caso aparece en término asamblea, donde en ciertas ocasiones (generalmente todas las semanas) los alumnos se reúnen con el fin de mostrar a toda la clase los pros y los contras del trabajo que están llevando a cabo.

-Uso de la bibliotecas.

La idea principal en los centros democráticos sobre el uso de las bibliotecas tiene como fin el uso del libro como material de enseñanza y medio de comunicación complementario entre los saberes y el alumno, no debe ser protagonista único del aprendizaje del alumno, sino que debe estar dirigido como método de consulta en ciertas circunstancias donde al alumno se le deba aclarar algún tipo de concepto.

-Uso de las nuevas tecnologías.

Nos referimos a métodos que hagan aprender de una forma más amena, divertida y eficaz a los alumnos a través de instrumentos que lo faciliten. Por ejemplo programas de ordenador de ortografía, (g o j) donde se deben arrastrar las letras hacia la palabra. Son formas que atraen a los alumnos de hoy y mecanismos de inclusión para alumnos con alguna necesidad especial.

-Organización de las aulas.

En los centros escolares democráticos empiezan a aparecer otras formas más eficaces de estructurar las aulas. Uno de estos métodos con mayor repercusión son los grupos  interactivos en los cuales las clases se subdivide en varios grupos heterogéneos donde  pueden  introducirse alumnos de cursos superiores que dirijan o gestione la actividad. Otra de estas técnicas es la inclusión de un segundo profesor en el aula, generalmente pertenece al  equipo de orientación, con el objetivo de reforzar los aprendizajes docentes, la reflexión e incrementar la atención del alumnado.

-Apertura al entorno.

Cualquier centro educativo es consciente de que el entorno proporciona una serie de oportunidades de aprendizaje únicas. Pero son las escuelas democráticas unas de las que le sacan provecho. Por ejemplo asistir a museos, exposiciones, actividades en el campo, hacen que el alumno aprenda interactuando con el entorno y de paso a respetar el mismo.

- Una convivencia democrática.

La última  característica de las escuelas democráticas es que debe haber una gran comunicación entre todos los miembros de la comunidad educativa para que cuando los conflictos aparezcan, se resuelvan mediante el diálogo y de la forma más rápida posible. En este aspecto tanto el consejo escolar como la asociaciones de padres cuentan con un papel protagonista.

Para concluir con el texto quizá se podría decir que los alumnos que forman este tipo de organizaciones no son simples estudiantes con el único objetivo de aprobar exámenes, sacar buenas notas o conformarse con la primera idea que les venga a la cabeza. Más bien se mira a personas que en el futuro deban ser buenos ciudadanos, participativos y solidarios. 

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