LIDERAZGO DEMOCRÁTICO

23.11.2014 10:32

El liderazgo, tanto en aspectos de organización educativa como en otros de corte metodológico o didáctico, supone “un factor clave y fundamental en la creación, desarrollo y mantenimiento” del sistema en el que se enmarca. El modelo de liderazgo define el funcionamiento de cualquier sistema educativo desde diferentes aspectos por suponer la capacidad de influencia de trabajo que el grupo posea. Es, por tanto, una característica de profesionalidad de los equipos educativos el que se encuentren funcionando bajo un buen liderazgo. Además de todas las funciones, habilidades y características que, según Sandra Vázquez Toledo (“El liderazgo en la organización educativa” […]) debe tener para un buen funcionamiento, el liderazgo no corresponde a la minoría sino que es funcionamiento que debe radicar de todos los miembros de la comunidad educativa. Su éxito y funcionalidad dependen del carácter democrático en el que se integren. Dice ella: “En definitiva, lo que se está manifestando, es que se necesita un liderazgo compartido, distribuido y democrático dentro de la organización”.

Sin embargo, pese al empeño del propio líder, no es sencillo conseguir un liderazgo democrático, se necesita de la participación activa de la comunidad educativa que no siempre lo entiende así y puede verse más o menos implicada en el proceso educativo dependiendo de dos aspectos: madurez técnica (conocimiento específico del área) y madurez psicológica (predisposición y capacidades de desempeño). Según esto, los grupos de trabajo pueden dividirse en:

Para optimizar el rendimiento de los diferentes grupos de trabajo en función de su madurez, los investigadores Blake y Mouton definieron la Teoría de la Malla Gerencial organiza la disposición del líder adaptando su orientación a la del grupo en el que se encuentra. Así, a modo de compensación de las carencias del grupo, son dos los parámetros en los que debe adaptarse: orientación por las personas y su orientación por la producción.

Ejercer un estilo de liderazgo en función del grupo y sus orientaciones se vuelve tarea necesaria al menos en el proceso de aprendizaje y democratización del funcionamiento. Es por eso que la teoría de Blake y Mouton ayudaría si fuera necesario a ajustar  los diferentes grupos arriba definidos con el modo de desempeño del liderazgo siendo, por ejemplo, más conveniente un uso del liderazgo autoritario en grupos con baja madurez técnica y baja madurez psicológica. 

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